Prosa Renacentista

Durante el Renacimiento el auge de la prosa en la lengua castellana se desarrolla:

LA PROSA DIDÁCTICA: pretende el perfeccionamiento del ser humano y la reforma de la sociedad. Utiliza el diálogo y la exposición de ideas.

LA PROSA HISTÓRICA: Impulsada por el sentimiento expansionista de la época.

LA PROSA RELIGIOSA: Representada Fray Luis de León y Sta Teresa de Jesús.

LA PROSA NARRATIVA: Gran auge debido al incremento de lectores. Se mantienen algunas formas anteriores  y se modifican otras dando lugar a diversos géneros.

 

En la prosa didáctica se ven reflejados tres subgéneros:

El diálogo, mediante el cual los seres humanos divulgamos nuestros pensamientos y críticas. Además, con ello, conseguimos que los interlocutores puedan aportar distintas ideas sobre una misma cuestión e intercambiar distintas opiniones. También se plantean diferentes preguntas.

Las misceláneas son obras que mezclan varios asuntos. Algunos ejemplos son el Examen de ingenios y el Menosprecio de corte y alabanza de aldea.

La historiografía está compuesta por numerosas obras históricas que siguen el hilo de la conquista de América. Algunas obras son las Cartas de relación y la Brevísima relación de la destrucción de Indias.

 

En la prosa de ficción se agrupan distintos subgéneros como:

Los libros de caballerías están protagonizados por un caballero noble que prueba su amor por una dama, valor y fe religiosa mediante sus hazañas.

 

Las novelas bizantinas son de origen griego. En ellas, dos enamorados virtuosos se fuerzan a la separación y durante ella viven numerosas aventuras. Consiguen vencer todos los obstáculos.

 

La novela pastoril está protagonizada por pastores refinados que revelan sus desventuras amorosas. En ellas, se presentan características propias de locus amoenus.

El locus amoenus es un tópico literario que generalmente refiere a un lugar idealizado de seguridad o de tranquilidad.

Este fue un subgénero muy leído en el Renacimiento. Un ejemplo de la más famosa es Los siete libros de la Diana, de Jorge Montemayor.

También podemos diferenciar la novela picaresca, que está protagonizada por un pícaro que relata sus desventuras de forma autobiográfica.

Este pícaro tiene una figura de antihéroe que se opone a los caballeros andantes y diferentes personajes propios de la época.

Un ejemplo es el Lazarillo de Tormes.

La novela morisca trata de historias idealizadas en las frontera cristiano-musulmana. En ellas se mezclan peripecias amorosas y militares que se ambientan en escenarios nobles. Un ejemplo de esta novela es la Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, cuyo autor no es conocido.

La novela corta o italiana son narraciones breves de relatos de entretenimiento. Un ejemplo es El Patrañuelo, de Juan de Timoneda